«A veces, deseé estar muerta»
Es Marion Seclin, una joven actriz francesa que grababa sus actuaciones en vídeos de su propio canal, llego a recibir hasta 40.000 mensajes plagados de insultos, amenazas de muerte y violación. El ciberacoso duró mucho tiempo, a cada pitido de móvil, en su pantalla aparecía «pareces una chupapollas», «te abofetearé, golfa», «feminazi».
En 2013, Laura Boldrini fue elegida presidenta del Congreso de Italia. En su primer discurso expresó la necesidad de colocar en el centro de las actividades políticas los derechos de las mujeres para darles el lugar que merecen. Sus palabras provocaron la ira de algunos de sus colegas y se convirtió en el blanco del odio machista. El político Beppe Grillo. «Puso mi fotografía en las redes dentro de un automóvil y preguntó «inocentemente» a sus seguidores: ¿qué le harías a Boldrini en un coche?. Las respuestas fueron realmente horrorosas», Le siguieron otros como un alcalde de una población del norte de Italia quien directamente tuiteó: «enviemos violadores a casa de Boldrini para que vuelva a sonreír». «Esta estrategia está dirigida a decir a las mujeres y a las niñas, ¡volved a la cocina!», sentencia Laura Boldrini.»

La misoginia se define como el desprecio, el rechazo, el odio o la discriminación hacia las mujeres. Se trata de una manifestación de sexismo que busca perpetuar una jerarquía social donde las mujeres ocupan un lugar inferior al de los hombres, reforzando así los roles tradicionales del patriarcado y el machismo. Esta actitud ha estado presente a lo largo de la historia, manifestándose en diversas áreas como el arte, la literatura, las estructuras sociales, los eventos históricos, la mitología, la filosofía y la religión en diversas culturas. La misoginia se encuentra en el cine, en la literatura, así como en la cultura popular y la esfera política. Su presencia es constante y omnipresente manifestándose en todas sus formas.
Este fenómeno puede transmitirse de manera abierta o sutil, a través de actitudes, creencias y comportamientos que perpetúan la desigualdad de género.
Tipos de misoginia que existen
Existen diversos tipos de misoginia que se presentan en diferentes contextos sociales y culturales, entre los que destacan:
- Misoginia cultural. Se perpetúa a través de normas, valores y tradiciones que discriminan o minimizan a las mujeres. Ejemplo: roles de género estrictos.
- Misoginia institucional. Se refleja en políticas, leyes y prácticas que afectan negativamente a las mujeres en áreas como la educación, salud o empleo.
- Misoginia encubierta. Actitudes o comportamientos disfrazados de amabilidad que en realidad refuerzan estereotipos de género.
- Misoginia internalizada. Cuando las propias mujeres adoptan actitudes negativas hacia su género debido a una socialización prolongada en entornos misóginos.
- Misoginia mediática. Se observa en la representación sesgada o estereotipada de las mujeres en los medios de comunicación, que puede incluir la sexualización, la objetivación o la minimización de sus logros. Ejemplo: la falta de personajes femeninos fuertes en películas y series.
- Misoginia virtual. Se expresa en el ciberespacio, donde las mujeres son objeto de acoso, amenazas o descalificaciones en plataformas digitales. Ejemplo: el trolling y el acoso en redes sociales dirigidos a mujeres que expresan opiniones públicas.
- Misoginia interseccional. Reconoce que las mujeres experimentan la misoginia de manera diferente según su raza, clase, orientación sexual, discapacidad y otros factores interseccionales. Ejemplo: las mujeres de color pueden enfrentar tanto racismo como misoginia en su vida diaria.
- Misoginia sexualizada. Se refiere a la cosificación de las mujeres y a la reducción de su valor a su sexualidad, a menudo en contextos como la publicidad, la música y la cultura popular. Ejemplo: el uso de imágenes sexualizadas de mujeres para vender productos no relacionados con la sexualidad.
- Misoginia directa: Se manifiesta a través de comentarios, actos o comportamientos abiertamente hostiles hacia las mujeres. Ejemplo: insultos o descalificaciones basadas en el género.
Misoginia en el trabajo
En el ámbito laboral, la misoginia se presenta como discriminación hacia las mujeres en forma de actitudes de micromachismo, salarios desiguales, exclusión de posiciones de liderazgo o acoso en el lugar de trabajo. Este tipo de misoginia, conocido como misoginia laboral, impide que las mujeres alcancen su pleno potencial y contribuye a la brecha de género en el empleo conduciendo a prácticas discriminatorias en la contratación, los ascensos y la remuneración, lo que limita las oportunidades de las mujeres en función de su género en lugar de sus cualificaciones o capacidades.
Misoginia en la pareja
La misoginia en las relaciones de pareja puede manifestarse como comportamientos de control, manipulación o abuso psicológico y físico hacia la mujer. Este tipo de misoginia perpetúa dinámicas de poder desigual, donde la mujer es percibida como inferior o subordinada. Estar en una relación misógina significa una dinámica de poder desequilibrada, en la que la pareja tiene todo el control de la relación , no considera la opinión de la mujer y la ve como su inferior.
Ejemplos comunes incluyen decisiones unilaterales en la relación, la minimización de las opiniones o acciones de la mujer o comentarios despectivos sobre sus capacidades. En casos extremos, puede derivar en violencia de género.
Ejemplos de una persona misógina
Una persona misógina puede exhibir comportamientos como:
- Hacer chistes sexistas o degradantes sobre mujeres.
- Cuestionar las capacidades de una mujer basándose únicamente en su género.
- Interrumpir sistemáticamente a mujeres en conversaciones.
- Desvalorizar los logros femeninos, atribuyéndolos a la suerte o a terceros.
- Expresando odio hacia las mujeres
- Favorecer a los hombres a expensas de las mujeres
- Fuerte creencia en roles de género rígidos y tradicionales
- No hay respeto ni consideración por el tiempo y el esfuerzo de las mujeres.
- Ignorar o hablar por encima de las mujeres
- Robar ideas a mujeres y negarse a darles crédito
- Interrumpir frecuentemente a las mujeres cuando están hablando
- Culpar a las mujeres por los conflictos y esperar que sean ellas las que mantengan la armonía social
- Castigar a las mujeres por denunciar la discriminación y el sexismo.
Conclusión
La misoginia es un problema profundamente arraigado en la sociedad que afecta diversos ámbitos de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones personales.El feminismo impulsa transformar las cosas. Identificar sus manifestaciones y tipos es el primer paso para combatirla, promoviendo el empoderamiento femenino así un entorno más justo e inclusivo para todas las personas sin distinciones para que cambie rotundamente, la realidad.