«Discípulo. Sócrates, creo que la justicia es hacer lo que es correcto.
Sócrates. ¿Y cómo defines lo que es «correcto»?
Discípulo. Creo que es hacer lo que beneficia a la mayoría.
Sócrates. Interesante. ¿Siempre lo que beneficia a la mayoría es justo?
Discípulo. No, a veces puede perjudicar a algunas personas.
Sócrates. Entonces, ¿podría ser que la justicia no solo se trate de beneficiar a la mayoría?
Discípulo. Tal vez la justicia sea más compleja de lo que pensé.»
Este diálogo ilustra cómo Sócrates lleva al discípulo a cuestionar sus propias ideas y reflexionar más profundamente sobre el concepto de justicia mediante la mayeútica.
Sócrates (470 A.C) es considerado el primer Coach de la historia básicamente por su método socrático centrado en la habilidad, no directiva, de formular preguntas para facilitar el auto-descubrimiento de las personas.
A través del diálogo, se promueve un intercambio de ideas que enriquece la comunicación y fortalece las relaciones dentro de los equipos. La dialéctica socrática ayuda a:
- Identificar y explorar contradicciones en las creencias, lo que puede llevar a soluciones creativas.
- El cuestionamiento riguroso permite a las personas reconocer sus limitaciones y reevaluar sus enfoques.
- La autorreflexión resultante es crucial para desarrollar una mayor autoconciencia en el liderazgo.
El coaching, basado en la mayéutica implica guiar a las personas a descubrir sus propias ideas y potencial. En este contexto, el papel del coaching es facilitar el empoderamiento de las personas para que aprovechen sus habilidades y enfrenten desafíos con confianza.
En definitiva,el coaching es un proceso de acompañamiento profesional diseñado para potenciar habilidades, alcanzar objetivos y mejorar la vida personal o profesional de una persona. A través de preguntas, técnicas y herramientas, una coach acompaña a la persona a identificar metas claras, superar obstáculos y desarrollar estrategias efectivas.
A diferencia de la psicología – el coaching no es terapia- o la consultoria – no damos consejos- , el coaching se basa en el aprendizaje continuo y el descubrimiento personal, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para el crecimiento individual y grupal.
Para qué sirve el coaching
El coaching tiene múltiples propósitos, dependiendo del contexto y los objetivos del cliente. Entre sus principales beneficios destacan:
- Impulsa el Autoconocimiento. Permite a las personas explorar y comprender sus pensamientos, emociones y comportamientos, facilitando una mayor claridad sobre su identidad y valores. Fomenta la reflexión personal y el descubrimiento de fortalezas y áreas de mejora, lo que impulsa un crecimiento emocional y profesional.
- Fortalece la Autoconfianza. Promueve la autodisciplina y la resiliencia, ayudando a establecer metas más alineadas con su verdadero ser. En última instancia, el coaching potencia la confianza en una misma, permitiendo una vida más auténtica y satisfactoria.
- Estimular nuevas perspectivas. Fomentar el pensamiento crítico, la mentalidad estratégica y la creación de nuevas perspectivas desde las que abordarse a una misma, al otro y al mundo.
- Definición metas claras: Ayuda a identificar objetivos específicos y diseñar un plan de acción concreto para lograrlos.
- Aumento de la confianza: Fomenta la autoestima y la creencia en las propias capacidades.
- Desarrollo personal y profesional: Ayuda a mejorar habilidades como la comunicación, la toma de decisiones y la gestión emocional.
- Mejora del rendimiento: Incrementa la productividad, tanto a nivel individual como en equipos.
- Favorece la gestión del cambio: Facilita la adaptación a situaciones nuevas, como un cambio de carrera o la asunción de nuevas responsabilidades.
- Superación de bloqueos: Ayuda a identificar y superar limitaciones internas o externas.
¿Cuántos tipos existen?
Existen diversos tipos de coaching según el enfoque y las necesidades del cliente. Algunos de los más comunes incluyen:
- Coaching personal o de vida. Orientado a metas personales, como la mejora de relaciones o el desarrollo de habilidades emocionales.
- Coaching ejecutivo. Centrado en líderes y directivas para mejorar habilidades gerenciales y de liderazgo.
- Coaching empresarial. Diseñado para organizaciones que buscan optimizar el rendimiento de sus equipos.
- Coaching deportivo. Ayuda a deportistas y equipos a desarrollar su máximo potencial.
- Coaching de salud y bienestar. Enfocado en promover hábitos saludables y mejorar la calidad de vida.
- Coaching educativo. Potencia el desarrollo personal y académico del alumnado y mejorar el rendimiento facilitando el aprendizaje a superar obstáculos y a desarrollar habilidades clave para su futuro.
- Coaching de inteligencia emocional. Potencia la gestión de emociones y la empatía.
Qué hace exactamente una coach
Un coach desempeña el papel de facilitador del cambio y el aprendizaje. Algunas de sus funciones incluyen:
- Escucha activa: Comprender las inquietudes y necesidades del cliente.
- Plantear preguntas poderosas: Ayudar al cliente a reflexionar y encontrar soluciones propias.
- Proveer herramientas y estrategias: Facilitar técnicas que el cliente pueda aplicar en su vida o trabajo.
- Fomentar el autodescubrimiento: Guiar al cliente hacia un mayor entendimiento de sus valores, objetivos y capacidades.
- Clarificación de metas. Apoyar a identificar y definir sus objetivos personales o profesionales facilitando un proceso de reflexión que les permita establecer metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado (SMART).
- Desarrollo de un plan de acción. Colaborar para crear un plan de acción estratégico. Esto implica identificar los pasos necesarios para alcanzar esos objetivos, así como las posibles barreras y cómo superarlas.
- Apoyo y motivación. Ofrecer un espacio de apoyo y confianza continua para explorar sus pensamientos y emociones. Fomentar la autoreflexión y mantener la motivación y el compromiso con sus objetivos.
Coaching con Perspetiva de Género: Gender Coach
Por último destacar la importancia fundamental de incorporar una perspectiva de género en el coaching para reconocer y abordar las desigualdades estructurales que impactan en el desarrollo de la personalidad y el abordaje de los desafíos vitales.
Esta visión fomenta el empoderamiento, ayudando a las personas a identificar y desafiar estereotipos y limitaciones sociales, lo que les permite desarrollar una mayor autenticidad libre de mandatos que coarten el desarrollo. Además, el enfoque de género en el coaching contribuye a la construcción de confianza y autoeficacia, empoderando a las personas para que asuman el control de sus vidas, independientemente de su género.
En última instancia, incorporar una perspectiva de género en el coaching beneficia a las personas sin distinción de género y contribuye a la transformación social, creando comunidades más justas y equitativas.