“¿Por qué tienes que ser tú como mujer? ¿Por qué no tú como ser humano? Este tipo de preguntas es una forma de silenciar las experiencias específicas de una persona. Por supuesto que soy un ser humano, pero hay cosas particulares que me pasan en el mundo porque soy mujer”. (Adichie, 2017)
Cuando pregunto a mi alumnado que piensa sobre el feminismo, es muy frecuente que rechacen el término y se nieguen a declararse feministas. Lo que suelen alegar es que no les gustan las “etiquetas” o la palabra “feminista”, a pesar de ser personas que abogan por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
En su lugar suelen declararse personas “igualitarias o humanistas” evitando así utilizar una palabra cargada de historia y significados como es feminismo.
Sin embargo, estos argumentos en contra del uso de la palabra feminista o especialmente en contra de la idea del feminismo están llenos de estereotipos .Al negarse a utilizar el término o al utilizar otro, indirectamente participan y contribuyen al antifeminismo y terminan por denigrar al feminismo mismo.
Como afirmó Bell Hooks hace años, “el feminismo es para todos” y sus luchas y éxitos beneficiarán a todos.”
Crédito: Universidad Stanford
El feminismo se define como un conjunto complejo de ideologías y teorías , una filosofía, un movimiento social, una vanguardia y un conjunto de acciones dirigido a cambiar la posición inferiorizada de las mujeres tanto en las espacios reales como en el imaginario colectivo y asegurar la igualdad de derechos para las mujeres, además de promover su toma de conciencia y autocuidados.
Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos. El movimiento feminista comenzó para reinvindicar que las mujeres obtuvieran los mismos derechos que sus pares masculinos, pero definitivamente no intenta quitárselos a los hombres.
El término feminismo se utiliza, no porque las mujeres merezcan más privilegios que los hombres, sino porque simplemente aún no tienen los mismos.
El feminismo también afirma que el patriarcado afecta también los hombres y a las personas no binarias de manera muy negativa y pretende abordarlo también. Al enfatizar que el género es una categoría socialmente construida que tiende a encerrar a las personas en roles de género rígidos, señala el camino para que los hombres se liberen de las cadenas de una masculinidad tóxica y que todos puedan expresar libremente sus propias, únicas y fluidas identidad de género.
¿Qué busca el feminismo? la equidad de género y se esfuerza por luchar contra las desigualdades que generan discriminación y falta de justicia social en todos los ámbitos por razón de género.
El patriarcado -un término derivado de las palabras griegas patria, que significa padre, y arches, que significa gobierno- no se refiere a un sistema en el que sólo los hombres tienen el poder, sino a que el equilibrio del poder social, político y económico está en manos mayoritariamente de los hombres.
Desde una perspectiva feminista, el patriarcado y el privilegio van de la mano, como un sistema en el que “los hombres tienen más poder que las mujeres” y “tienen cierto nivel de privilegios al que las mujeres no tienen derecho”, escribió Linda Napikosk.
Kate Millet lo expresaba así: “Los principios del patriarcado son dos: el dominio del macho sobre la hembra y el que ejerce el macho adulto sobre el joven.”
Cada vez que ocurren estereotipos, Síndromes como el Impostor, cosificación, violaciones de los derechos humanos u opresión interseccional, es una cuestión feminista a abordar.
Origen del Feminismo
Crédito: Ilustrado/Getty Images
«Durante la mayor parte de la historia registrada, sólo voces aisladas se pronunciaron contra la condición inferior de las mujeres”, dice la Enciclopedia Británica.
El pensamiento propiamente feminista tuvo su inicio con la Ilustración francesa, en el siglo XVIII. Uno de los primeros textos considerados feministas es «Una reivindicación de los derechos de la mujer» de Mary Wollstonecraft, publicado en 1792. En este ensayo, Wollstonecraft instaba a los hombres a romper con las cadenas y buscar un compañerismo racional en lugar de una obediencia servil.
El término feminismo fue acuñado un siglo después para describir el movimiento de mujeres sufragistas que luchaban por los mismos derechos políticos que los hombres, especialmente el derecho al voto.
En la década de 1920, la mayoría de los países occidentales ya habían otorgado el voto a las mujeres gracias a la llamada «primera ola» de activistas por los derechos de las mujeres.
La «segunda ola» surgió en la segunda mitad del siglo XX y se centró en lograr una mayor igualdad social y económica entre los géneros.
Betty Friedan, con su libro «La mística femenina», es ampliamente reconocida por haber sido una de las principales impulsoras de esta segunda ola. El libro aprovechó el descontento de las mujeres estadounidenses y abordó el sexismo arraigado en la sociedad que limitaba sus oportunidades.
La segunda ola del feminismo logró importantes avances en la batalla por la igualdad salarial, el acceso al divorcio, el aborto y la anticoncepción. Además, se caracterizó por una amplia discusión teórica sobre las raíces de la opresión de las mujeres, la naturaleza del género y el papel de la familia.
La tercera ola del feminismo ha sido más diversa, ha incluido movimientos como el feminismo sexual positivo, el feminismo negro, el ecofeminismo y el feminismo interseccional.
Este último término, interseccionalidad, acuñado por Kimberle Crenshaw en 1989, se refiere a la forma en que el sexismo se cruza con otras formas de discriminación, como el racismo o la homofobia.
La tercera ola ha buscado garantizar que todas las mujeres se beneficien de los derechos de las mujeres al reconocer cómo las diferentes formas de discriminación de género se entrelazan y amplifican la discriminación de género.
Ilustración de The New York Times; Fotografías de Evelyn Hockstein y Aknarin Thika, vía Getty
Actualmente se afirma que estamos viviendo una cuarta ola del feminismo, centrada en aspectos como la brecha salarial de género, el estrés de género, los prejuicios en el lugar de trabajo, el trabajo no remunerado, la violencia doméstica y sexual y el empoderamiento de las mujeres.
Este movimiento ha sido ampliamente impulsado por el movimiento #MeToo y las marchas de mujeres en todo el mundo, aumentando con ello la conciencia individual y social sobre la inequidad de género.
Tipos de Feminismo
Feminismo liberal
También conocido como feminismo dominante, se centra en lograr la igualdad de género a través de reformas legales y políticas dentro de las estructuras sociales existentes. Surgió durante la primera ola de feminismo a finales del siglo XIX y principios del XX y sigue siendo influyente en la actualidad.
Los principios clave del feminismo liberal incluyen:
- Igualdad de derechos: las feministas liberales abogan por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en áreas como la educación , el empleo y la política.
- Autonomía individual: las feministas liberales enfatizan la importancia de la autonomía individual y la elección personal de las mujeres,su empoderamiento, incluido el derecho a tomar decisiones sobre sus cuerpos y su salud reproductiva.
- Reformas legales: las feministas liberales trabajan para cambiar las leyes y políticas que perpetúan la discriminación de género, como la legislación sobre igualdad salarial y las leyes contra la discriminación.
Feminismo radical
Surgió durante la segunda ola del feminismo en los años 1960 y 1970. Las feministas radicales sostienen que la opresión de género está profundamente arraigada en la sociedad y sólo puede erradicarse mediante un cambio social y político radical .
Los principios clave del feminismo radical incluyen:
- Patriarcado: Las feministas radicales ven el patriarcado como la principal fuente de opresión de las mujeres.
- Roles de género: Las feministas radicales critican los roles de género tradicionales y argumentan que limitan las oportunidades de las mujeres y refuerzan la desigualdad.
- Liberación sexual: Las feministas radicales abogan por la liberación sexual y los derechos reproductivos, desafiando las normas y expectativas sociales en torno a la sexualidad.
Feminismo Interseccional
Reconoce que la desigualdad de género se cruza con otras formas de opresión, como la raza, la clase, la sexualidad y la capacidad. Enfatiza la interconexión de diferentes sistemas de opresión y apunta a abordar las experiencias y desafíos únicos que enfrentan las mujeres con múltiples identidades marginadas.
Los principios clave del feminismo interseccional incluyen:
- Interseccionalidad: Las feministas interseccionales creen que el género no puede entenderse de forma aislada de otras categorías sociales, y que las experiencias de las mujeres están moldeadas por sus identidades interseccionales.
- Inclusividad: el feminismo interseccional se esfuerza por ser inclusivo y reconoce que diferentes mujeres enfrentan diferentes formas de discriminación y privilegios.
- Justicia social: Las feministas interseccionales abogan por la justicia social y tienen como objetivo desafiar y desmantelar todas las formas de opresión, incluido el racismo, la homofobia y la transfobia.
Crédito: iStock agsandrew
¿Miedo al Feminismo?
Sí, existe negacionismo y miedo al feminismo…y existe también falta de conocimiento de la historia que hay detrás del término. Y el miedo vs rechazo también se crea y alimenta intencionalmente como arma para desvirtuar su auténtico sentido y propósito.
El «feminazismo» y el «hembrismo» nacen del intento de deslegitimar el feminismo.
El creador de la palabra ‘feminazi’ fue Rush Limbaugh, un comunicador de extrema derecha de Estados Unidos, hizo popular el término en la década de los 90 y apoyo al candidato republicano Donald Trump en las anteriores primarias de EE.UU.
¿Cómo crear un término que nace del odio a la mujer?
«Consiste en asociar algo que tú no soportas con algo que nadie soporta, esperando así que la gente se ponga de tu lado», así, Limbaugh, famoso por sus ataques a las mujeres y al feminismo, unió ‘fem’ al ‘nazismo’, el movimiento político que dio lugar a un sistema totalitario y de negación de derechos humanos.
El «hembrismo» fue empleado en la década del 1960 por el sociólogo francés Pierre Bourdieu, en su libro La dominación masculina. Paradójicamente, el teórico lo empleaba para referirse a la actitud excesivamente servil que la cultura machista tradicional asigna e impone a la mujer, dándose posteriormente un uso equivocado al origen del término.
Se trataría de la falsa superioridad de la mujer sobre el hombre, pero no es lo opuesto al feminismo, ya que no conforma un sistema político, social y económico. Mientras que el patriarcado es una estructura social, el hembrismo se enmarca en actitudes de carácter individual, no social.
A pesar de los ataques hacia el feminismo desde múltiples frentes, una de sus características más destacadas es que siempre ha sido un movimiento pacifista, incluso en los momentos de mayor tensión.
Como movimientos macro, el machismo mata, el feminismo no. Y el hembrismo, no existe.