«En 2020, una de las empresas tecnológicas más conocidas a nivel mundial, enfrentaba desafíos relacionados con la rotación de personal y la satisfacción laboral. Ante esta situación, la nuevo CEO implementó un liderazgo transformacional que incluyó sesiones de escucha activa con la plantilla, formación de grupos interdepartamentales y redefinición de los valores corporativos. Además, se introdujeron programas de desarrollo profesional y se promovió el reconocimiento de logros. Como resultado, en un año, la rotación de personal se redujo un 10% y la satisfacción laboral aumentó un 40%. La colaboración entre departamentos mejoró, lo que llevó a un incremento en la productividad del 25%. Este proceso no solo transformó la cultura organizacional de la compañía, sino que también la posicionó como un empleador atractivo en el sector tecnológico».
Este es un ejemplo de cómo el liderazgo empresarial de una persona para influir, motivar y guiar a un equipo de trabajo hacia el logro de los objetivos de una organización puede marcar un punto de inflexión cualitativa y cuantitativamente. Este tipo de liderazgo va más allá de simplemente gestionar tareas; implica inspirar confianza, tomar decisiones estratégicas y fomentar un entorno de trabajo colaborativo.
El concepto de «liderazgo empresarial» se refiere a la manera en que las personas establecen decisiones, definen metas, se inspiran mutuamente, orientan y empoderan a sus equipos para lograr un propósito compartido. En el contexto de los negocios, implica manifestar la visión, la estrategia y la innovación esenciales para el triunfo de la organización y su entorno.
Más allá de simplemente supervisar tareas o tomar decisiones, se trata de fomentar un ambiente y una colaboración que permitan a personas y equipos alcanzar la excelencia.
Un buen líderazgo empresarial combina habilidades de comunicación, visión estratégica y empatía, y es capaz de adaptarse a los desafíos del mercado para garantizar el crecimiento sostenible de la empresa.
Estilos de liderazgo en una empresa
Existen diferentes estilos de liderazgo que pueden adoptarse en el entorno empresarial según las características de la empresa, su cultura y las necesidades del equipo. Entre los más comunes se encuentran:
El liderazgo coercitivo o autoritario.
Según Goleman, es el menos efectivo en la mayoría de las circunstancias. Este estilo se basa en decisiones autoritarias y una comunicación unidireccional que puede resultar en una cultura laboral tóxica. Aunque puede generar resultados inmediatos, su impacto negativo a largo plazo se traduce en una alta rotación de personal y desmotivación entre la plantilla. Sin embargo, hay situaciones excepcionales, como crisis o emergencias, donde este enfoque puede ser necesario. En esos casos, la rapidez en la toma de decisiones es crucial. La clave es encontrar un equilibrio que fomente la colaboración y el compromiso del equipo.
El estilo de liderazgo que marca el ritmo.
O mejora continua, se basa en establecer altos estándares de exigencia tanto para una misma como para los demás. Aunque busca la excelencia, puede resultar desfavorable si se centra en los fracasos en lugar de los logros. La presión constante puede generar un ambiente estresante y aumentar la rotación de la plantilla. Este enfoque es más efectivo en contextos donde los equipos son altamente competentes y motivados, como en equipos de I+D o jurídicos.
El liderazgo afiliativo.
Se centra en establecer vínculos emocionales y fomentar un ambiente de trabajo positivo. Este enfoque promueve la colaboración y permite al equipo compartir ideas libremente. Según Goleman, es especialmente útil en situaciones donde se busca fortalecer la cohesión del grupo. Al conocer a las personas, se pueden celebrar sus logros y construir una comunidad sólida. Sin embargo, este estilo no debe usarse de manera aislada, ya que puede carecer de la retroalimentación necesaria para abordar problemas de desempeño. La combinación con estilos de liderazgo inspiradores y autoritarios puede ofrecer un soporte más equilibrado.
El liderazgo democrático.
Se basa en la participación activa del equipo en el proceso de toma de decisiones. Este enfoque fomenta un ambiente donde se valoran las opiniones y contribuciones de todas las personas. Al escuchar diversas perspectivas, se fortalece el sentido de pertenencia y la responsabilidad colectiva. Es especialmente efectivo cuando se busca generar ideas y no se tiene claridad sobre el camino a seguir. Sin embargo, no es adecuado en situaciones de crisis o cuando el equipo carece de la experiencia necesaria.Este estilo es útil en entornos colaborativos, pero debe ser aplicado con prudencia en momentos críticos.
El liderazgo humanista.
El objetivo del liderazgo humanista es poner a las personas por encima de las ganancias para que las empresas sean más sostenibles. Para prosperar y sobrevivir, todas las empresas necesitan ganancias, pero, con un enfoque de liderazgo humanista, las empresas y las personas prosperan. Con las amenazas constantes del cambio ambiental y el conflicto geopolítico, necesitamos un liderazgo humanista más que nunca para hacer posible un mundo sostenible y más pacífico.
El estilo de liderazgo basado en coaching.
Se enfoca en el crecimiento personal y profesional de cada integrante del equipo. Implica dedicar tiempo a entender los objetivos a largo plazo de las personas, fomentando así su desarrollo. Hacer preguntas abiertas sobre sus aspiraciones les invita a reflexionar sobre sus metas y recibir apoyo para alcanzarlas. Este enfoque genera un clima de valoración y motivación entre la plantilla. La retroalimentación constructiva y en tiempo real permite a las personas aprender y mejorar continuamente. Al adoptar este estilo, se promueve un ambiente de crecimiento y colaboración.
Cada estilo tiene sus ventajas y desventajas, y un líder eficaz sabe cuándo aplicar uno u otro dependiendo de la situación.
Beneficios de un buen liderazgo empresarial
Un buen liderazgo empresarial puede generar múltiples beneficios para las empresas y sus equipos:
- Mayor productividad: Las personas líderes efectivas establecen metas claras y alinean los esfuerzos del equipo hacia ellas, aumentando la eficiencia.
- Clima laboral positivo: Fomentar la confianza y el respeto dentro del equipo mejora la satisfacción laboral.
- Reducción de conflictos: Un liderazgo que promueve la comunicación y el entendimiento minimiza malentendidos y disputas.
- Innovación constante: Un liderazgo que fomenta la creatividad y las ideas nuevas impulsa la innovación en la empresa.
- Retención del talento: Los equipos comprometidos con un buen liderazgo tienden a quedarse más tiempo en la organización.
Ejemplos de liderazgo en una empresa
Algunos ejemplos prácticos de liderazgo humanista son:
- Panasonic. De la mano del líder humanista Konosuke Matsushita, se consolido como una gran empresa aplicando el concepto cultural, ‘wa‘ (和) » vinculado a la capacidad de entender las necesidades colectivas como más significativas que aquellas de orden individual. Ese concepto puede entenderse como armonía, y su sentido está relacionado con la importancia de vivir y convivir en paz, anhelando el beneficio común».
- Squarespace. Una empresa de desarrollo web, permite a sus trabajadores tomarse tantas vacaciones como necesiten, tratando a las personas como propietarios y no como mercancías. La empresa tiene una política de licencia parental remunerada de 18 semanas, ya que considera que cuando nace un hijx, estos son los momentos más importantes para fortalecer los vínculos familiares.
- El fundador de los zapatos TOMS, ha devuelto la vista a más de 400.000 personas en 13 países mediante donaciones de gafas y tratamientos oculares, además de donar 35 millones de zapatos y agua potable a cinco países.
- Steve Jobs (Apple): Con su enfoque transformacional, revolucionó la industria tecnológica al motivar a su equipo para desarrollar productos innovadores.
- Indra Nooyi (PepsiCo): Como líder estratégica, guió a la empresa hacia una sostenibilidad y diversificación, destacando su capacidad para equilibrar visión empresarial y empatía.
Estxs líderes demuestran cómo diferentes estilos y enfoques pueden adaptarse para llevar a una empresa al éxito más allá de lo económico, valorando a las personas y la sostenibilidad de un modelo respetuoso con su entorno.
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