“Los hombres jóvenes abrazan la igualdad de género, pero aún no pasan la aspiradora”.
Con este titular The New York Times abría un artículo sobre la brecha significativa en torno a la persistencia de los roles y estereotipos de género y su impacto en la escasa corresponsabilidad entre parejas.
Según el Foro Económico Mundial, la definición de brecha de género es,
“La diferencia entre mujeres y hombres reflejada en logros o actitudes sociales, políticos, intelectuales, culturales o económicos”.
Y esta brecha tardará aún 131 años en cerrarse según el Informe Global sobre la Brecha de Género 2023, aunque la igualdad de género recupera los niveles anteriores a la pandemia, el ritmo de avance se ha ralentizado.
El mismo informe destaca como dato positivo el aumento de la participación económica de las mujeres y el logro de la paridad de género en los puestos de liderazgo, tanto en las empresas como en el gobierno, como dos palancas clave para abordar las brechas de género más amplias que existen en los hogares, las sociedades y las economías.
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Cómo se mide la brecha de género: Global Gender Gap Report
El Informe Global de Brecha de Género publicado por el WEF contiene estadísticas que están diseñadas para medir la igualdad y desigualdad de género. El reporte «evalúa los países en lo bien que se están dividiendo sus recursos y oportunidades entre la población femenina y masculina, independientemente de los niveles generales de estos recursos y oportunidades»
El informe examina cuatro áreas críticas de desigualdad entre mujeres y hombres en 130 economías alrededor del mundo, más del 93% de la población mundial y son:
- Participación económica y oportunidades. Evalúa los resultados de salarios, niveles de participación y acceso a un empleo de alta cualificación. Analiza también la brecha salarial entre mujeres y hombres por trabajos similares. Mide la diferencia en las tasas de participación en la fuerza laboral y evalúa la equidad en el acceso a puestos de trabajo de alta calificación y liderazgo.
- Logro educativo. Analiza los resultados en materia de acceso a la educación básica hasta superior, también la brecha de género en la matriculación y finalización de estudios universitarios y de posgrado.
- Empoderamiento y liderazgo político. Analiza los resultados sobre la representación en las estructuras de toma de decisiones, midiendo la equidad en la representación de mujeres y hombres en cargos políticos a nivel parlamentario y ministerial.
- Salud y supervivencia. Evalúa los resultados sobre la esperanza de vida y la brecha en la proporción de mujeres y hombres en la población. En este caso no se asume la paridad, se supone que hay menos nacimientos de mujeres que de hombres (944 mujeres por cada 1.000 hombres), y los hombres se supone que mueren más jóvenes. A condición de que las mujeres viven, al menos, un seis por ciento más que los hombres se considera igual, si es menos de seis por ciento se cuenta como una brecha de género.
En definitiva, este índice proporciona una visión integral de la situación de la igualdad de género a nivel global, permitiendo a los países y organizaciones identificar áreas prioritarias de intervención y diseñar políticas y estrategias más efectivas para cerrar las brechas y los sesgos de género existentes.
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Algunos tipos de brechas de género
Hay diferentes clases de brechas de género dependiendo del escenario en el que se desarrollan, aunque todas tienen en común que afectan mayoritariamente a las mujeres y dificultan su progreso en condiciones de equidad.
Brecha salarial de género: La brecha salarial de género se refiere a la diferencia de ingresos entre mujeres y hombres. Las mujeres ganan consistentemente menos que los hombres y la brecha es mayor para la mayoría de las mujeres de color. Brecha que aumenta con la crianza de hijos y el cuidado de mayores o personas dependientes.
Brecha de participación laboral: Diferencia en las tasas de participación en el mercado laboral entre mujeres y hombres. El índice actual de participación de las mujeres en la población activa en el mundo se aproxima al 49%. En cambio, el de los hombres es del 75%.
Brecha de liderazgo y toma de decisiones: Subrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo y alta gerencia. Según el III Índice ClosinGap (2023), en España la representación de mujeres en posiciones de notoriedad pública se sitúa en el 25,8%, lo que indica que casi tres cuartas partes del poder de decisión en nuestro país se concentran en hombres.
Brecha educativa: Diferencias en el acceso, permanencia y logros educativos entre mujeres y hombres. que impiden desde edades tempranas tener una educación digna y de calidad. La educación se correlaciona con los salarios, y las mujeres con menor nivel educativo generalmente ganan menos que las mujeres con un nivel educativo alto y que los hombres con un nivel educativo menor engrosando la desigualdad en distintos ámbitos.
Brecha digital de género: Disparidad en el acceso, uso y apropiación de las tecnologías de la información y comunicación entre mujeres y hombres. El impacto se refleja en cómo las mujeres están subrepresentadas en la industria tecnológica ocupando sólo uno de cada cuatro puestos de liderazgo en las principales empresas del sector.. De manera similar, en el nivel básico, las niñas y las mujeres representan sólo un tercio de los estudiantes de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas a nivel mundial.
Brecha de cuidados: Diferencia en la carga y distribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado entre mujeres y hombres. En la UE el 92 % de las mujeres llevan a cabo con regularidad labores asistenciales, lo que significa que prestan cuidados no remunerados al menos varios días a la semana, en comparación con el 68 % de los hombres Lo que conlleva un impacto directo en su salud física y emocional, economía y oportunidades de desarrollo.
Brecha de salud y supervivencia: Diferencias en indicadores de salud, esperanza de vida y mortalidad entre mujeres y hombres. Las mujeres del mundo, de promedio, tienden a pasar un 25% más de tiempo en malas condiciones de salud que los hombres (McKinsey 2024) .Mejores condiciones de salud se correlacionan con más prosperidad, ya que la brecha de género en ese ámbito equivale a la pérdida de siete días al año por cada mujer en el mundo.
Brecha política: Subrepresentación de las mujeres en cargos políticos y de toma de decisiones a nivel local, nacional e internacional. El Instituto Europeo para la Igualdad de Género identifica el poder político como la dimensión más desigual en la esfera pública para las mujeres que no sólo encuentran más dificultades para alcanzar puestos políticos relevantes, sino que, en el día a día, se implican menos en política que los hombres, lo que limita el acceso al poder y por ende en implementar una toma de decisiones que cambie las cosas.
En conclusión, hoy en el mundo, demasiadas mujeres y niñas se ven privadas de oportunidades económicas, de salud, educación y desarrollo integral, lo que no sólo es injusto sino que también perjudica el crecimiento y la resiliencia de todas las partes, aumentando la discriminación de género.
Cerrar las brechas de género tiene sentido para nuestro futuro y el planeta en el que vivimos, y también tiene sentido para promover una economía global que permita un crecimiento sostenible y equitativo por el bien común.