“Equidad” e “igualdad” no son sinónimos. » La equidad, por definición , es la cualidad de ser justo e imparcial. La igualdad: el estado de ser igual, especialmente en estatus, derechos y oportunidades. Dos principios rectores son la base de la equidad de género: la justicia y la imparcialidad. La justicia tiene que ver con el trato justo sin favoritismo ni prejuicios, mientras que la imparcialidad se define como el trato igualitario para todas las partes. La equidad de género significa respetar a todas las personas sin discriminación, independientemente de su género. También significa abordar las desigualdades de género que limitan la capacidad de una persona para acceder a oportunidades para lograr una mejor salud, educación y oportunidades económicas en función de su género».
La equidad de género es el principio que busca asegurar que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos en todas las áreas de la vida, independientemente de su género.
A diferencia de la igualdad, que se centra en ofrecer las mismas condiciones para ambos sexos, la equidad reconoce las diferencias y desigualdades preexistentes y busca compensarlas para garantizar resultados justos.
Este ejemplo muestra que no existe una solución única (igualdad) para los problemas que vemos en el mundo, pero sí hay una solución adecuada para las necesidades de cada persona (equidad). Imagen: Tony Ruth.
Esto implica no solo ofrecer las mismas oportunidades, sino también considerar las barreras sociales, culturales y económicas que puedan afectar a cada género de manera diferente y eliminar la desigualdad de género.
La definición se fundamenta en la justicia y en la distribución equitativa de recursos y oportunidades, tomando en cuenta las necesidades particulares de cada género. De esta manera, se intenta nivelar el terreno de juego, asegurando que tanto hombres como mujeres tengan las mismas oportunidades para desarrollar su potencial sin discriminación de género.
Objetivos de la equidad de género
Los objetivos están dirigidos a crear una sociedad más justa e inclusiva, en la que las diferencias de género no representen un obstáculo para el desarrollo personal o profesional. Algunos de los objetivos clave son:
- Eliminar la discriminación basada en los estereotipos de género en todos los ámbitos, incluidos el laboral, educativo y social.
- Promover el acceso equitativo a oportunidades de empleo, educación, salud y participación política para hombres y mujeres que eliminen la brecha de género.
- Garantizar una distribución justa de recursos y responsabilidades en el hogar y el trabajo, reconociendo que las mujeres a menudo enfrentan más responsabilidades no remuneradas como el cuidado de los hijos y el hogar.
- Fomentar la sensibilización y la educación sobre el tema para combatir los estereotipos y sesgos de género que perpetúan la desigualdad.
- Combatir la violencia de género y proteger y apoyar a las víctimas.
- Reducir las diferencias salariales, salariales y de pensiones entre hombres y mujeres y, así, luchar contra la pobreza entre las mujeres.
Equidad de género en las empresas
En el ámbito empresarial, la equidad de género es un tema central para promover un entorno laboral inclusivo y justo. Implementar políticas de equidad en las empresas ayuda a garantizar que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades de desarrollo profesional y de acceso a puestos de liderazgo.
Algunas de las estrategias comunes que las empresas adoptan para promover la equidad de género incluyen:
- Políticas de contratación y promoción equitativas que eliminan los sesgos de género.
- Flexibilidad laboral para atender las responsabilidades personales, laborales y familiares, que suelen recaer más en las mujeres.
- Capacitación y sensibilización sobre temas de género para la plantilla y la dirección, con el fin de erradicar prejuicios y estereotipos.
- Sistemas de remuneración justos que garanticen que no existan diferencias salariales entre mujeres y hombres por el mismo trabajo.
Ejemplos de equidad de género
Existen diversos ejemplos que ilustran cómo las sociedades y las organizaciones están trabajando para garantizar un trato más justo y equilibrado entre mujeres y hombres:
- Educación equitativa. Asegurar que las niñas tengan las mismas oportunidades educativas que los niños, eliminando las barreras socioeconómicas y culturales.
- Acceso a la salud. Proporcionar servicios de salud reproductiva y sexual de calidad para mujeres y hombres, reconociendo las necesidades específicas de cada género.
- Políticas de licencia parental compartida. En muchos países, se está implementando la licencia parental compartida para que tanto hombres como mujeres puedan compartir la responsabilidad del cuidado de los hijos.
- Empoderamiento económico de las mujeres. Iniciativas que fomentan el acceso de las mujeres a capital financiero y formación empresarial para que puedan desarrollar sus propios negocios.
- Incorporar la perspectiva de género y el análisis de género en todos los ámbitos de la sociedad.
En resumen, la equidad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que también tiene beneficios económicos y sociales al crear una sociedad más equitativa, justa y productiva.
«Quizás antes de educar a nuestros hijos para que tengan éxito económico y social, debiéramos enseñarles que el verdadero éxito radica ante todo en el humanismo. En vez de enseñar a nuestros hijos a aprenderlo todo de memoria y a recitarlo como loros, deberíamos enseñarles ética, civismo y sobre todo compasión y bondad». Marjane Satrapi