Qué son los pensamientos intrusivos

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«¿Por qué un cerebro normal produce pensamientos aparentemente anormales y no deseados? Algunas investigaciones plantean la hipótesis de que estos pensamientos son una especie de señal de advertencia mal interpretada (Hames, 2012). Por ejemplo, cuando una madre siente un impulso repentino e indeseado de soltar a su bebé recién nacido, tal vez sea la forma en que su cerebro le advierte que debe sujetarlo con más fuerza para evitar que se le caiga. O en el contexto del fenómeno de los lugares altos, el impulso extraño e inesperado hace que te alejes del borde del puente o del edificio. De modo que, en cierto modo, estos pensamientos intrusivos pueden protegerte de aquello que temes». Psichology Today.

Los pensamientos intrusivos son ideas, imágenes o impulsos no deseados que surgen de manera espontánea en la mente, generando malestar o incomodidad. Son pensamientos indeseados e incontrolables que se producen de forma repetida y que van acompañados de malestar subjetivo. Estos pensamientos suelen estar asociados a una evaluación negativa y al estrés.A menudo, estos pensamientos son perturbadores y están relacionados con miedos o preocupaciones irracionales.

Aunque todas las personas experimentamos estos tipos de pensamientos de vez en cuando, la intensidad y la frecuencia pueden variar, y en algunos casos, pueden interferir significativamente con la vida diaria.

Su significado radica en su naturaleza involuntaria y la dificultad para controlarlos. Estos pensamientos pueden estar relacionados con situaciones de peligro, dudas sobre una misma ( Síndrome del Impostor) , o incluso imágenes violentas o inapropiadas.

Es importante destacar que tener pensamientos intrusivos no refleja el carácter o las intenciones reales de la persona; son simplemente un producto distorsionado de la mente.

 

Imagen: Neuros Center

¿Por qué ocurren los pensamientos intrusivos?

Los pensamientos intrusivos pueden surgir por diversas razones, y aunque no siempre es fácil determinar una causa específica, existen algunas explicaciones comunes:

  1. Necesidad de control: Durante la evolución, los seres humanos tuvieron que estar constantemente alerta para identificar y evitar peligros. Los pensamientos intrusivos pueden ser una consecuencia de esta necesidad de estar alerta ante el peligro y controlar cualquier posible factor que pueda dañarnos. Puede llevar a potenciar el efecto Pigmalión y aumentar con ello la ansiedad.
  2. Ansiedad y estrés: El estrés crónico y la ansiedad son factores desencadenantes clave de los pensamientos intrusivos. Cuando la mente está bajo presión, es más probable que genere pensamientos no deseados como una forma de lidiar con el malestar y nos cuesta calmar la ansiedad. 
  3. Trastornos obsesivo-compulsivos (TOC): Las personas con TOC a menudo experimentan pensamientos intrusivos que están acompañados de rituales o compulsiones destinadas a neutralizarlos.
  4. Trastornos del estado de ánimo: Condiciones como la depresión pueden aumentar la frecuencia de los pensamientos intrusivos, especialmente aquellos relacionados con la autocrítica o el pesimismo.
  5. Experiencias traumáticas: Vivir una situación traumática puede dejar una huella en la mente, lo que lleva a pensamientos recurrentes e intrusivos relacionados con el evento.
  6. Fatiga mental: La falta de descanso y agotamiento mental pueden hacer que la mente sea más vulnerable a pensamientos no deseados.

 

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Cómo evitar los pensamientos intrusivos

Los pensamientos intrusivos nos generan cada vez más malestar se debe a cómo nos relacionamos con ellos. Es decir, los pensamientos en sí no son el problema. El problema son las estrategias ineficaces que ponemos en marcha para intentar aliviar el malestar que nos causan.

Todas las personas tenemos pensamientos intrusivos, ¿porque a unas les afecta más que a otras?, la diferencia es la atención que les prestamos. A quien no les afecta, los consideran pensamientos extraños y no le dan mayor importancia, dejándolos correr sin más.

Manejar y reducir la influencia de los pensamientos intrusivos es posible con algunas estrategias:

  1. Aceptación y no resistencia: En lugar de luchar contra los pensamientos intrusivos, es útil aceptarlos como parte de la experiencia humana. Reconocer su presencia sin juzgarte a ti misma puede ayudar a disminuir su impacto.
  2. Redirección del enfoque: Cuando un pensamiento intrusivo aparece, intenta redirigir tu atención hacia una actividad o pensamiento positivo. La meditación y las técnicas de atención plena (mindfulness) son herramientas eficaces para lograr esto.
  3. Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es una forma de terapia que ayuda a reestructurar los patrones de pensamiento y a desarrollar respuestas más saludables a los pensamientos intrusivos.
  4. Evitar los desencadenantes: Si identificas ciertos factores que aumentan la frecuencia de tus pensamientos intrusivos, como el estrés o la falta de sueño, trabaja en reducir estos desencadenantes.
  5. Acepta la incertidumbre: La vida está llena de incertidumbre y es imposible tener el control de todo. Aprende a aceptar que no puedes predecir o controlar cada situación y aprende a gestionar adecuadamente tus emociones,
  6. Busca ayuda profesional: Si los pensamientos intrusivos son persistentes y afectan tu calidad de vida, es recomendable buscar la ayuda de una persona profesional.

 

Evita que un pensamiento rumiativo, por repetición, no se convierta en un TOC (vía @DescubriendoTOC)

 

Ejemplos sobre pensamientos intrusivos

Los pensamientos intrusivos pueden adoptar diversas formas actuando en ocasiones como un maltrato psicológico autoinfringido, aquí te presento algunos ejemplos comunes:

  1. Miedo a dañar a otras personas: Pensamientos no deseados sobre causar daño a seres queridos, incluso cuando no existe intención real de hacerlo.
  2. Dudas sobre la moralidad: Ideas intrusivas que cuestionan tu moralidad o ética, como preocuparte por si has cometido un error grave en el pasado.
  3. Pensamientos de autocrítica: Críticas internas constantes, que te hacen dudar de tus capacidades o decisiones, aunque no haya razón objetiva para hacerlo.
  4. Imágenes perturbadoras: Visualizaciones no deseadas de escenas violentas o inapropiadas que causan angustia.
  5. Miedo irracional a enfermedades: Preocupaciones repetitivas sobre contraer una enfermedad grave, incluso cuando no hay síntomas que lo sugieran.

Calma tu mente. Cambia tu vida.

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Hola! Soy Silvia Adriasola. Directora de EMPOWERMENT SCHOOL | Agente de igualdad Empresarial | Gender Coach | Docente | Siento pasión por el desarrollo humano y mis 15 años de  expertise se centran en facilitar procesos de liderazgo y empoderamiento con visión de género.
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